Una de las cosas que me encanta de Blondie es que, a diferencia de mí y de muchos, no sigue los patrones establecidos por la sociedad para las cosas más normales del mundo.
Un ejemplo de ello es el tema de los regalos.
El 25 de diciembre fue su cumpleaños. Yo buscaba un regalo y aunque tarde, lo encontré. Tenía que pedirlo por Internet pero tuve la suerte de encontrarlo en la Fnac.
Y ahí está, en mi casa. No sé cuándo la veré y podré dárselo. Ella tiene unos findes muy busy y como se está quitando de la adicción general de móvil con datos, no conseguimos sincronizarnos.
El otro día hablé con ella por teléfono y al comentarle que le había comprado un regalo, me preguntó qué es lo que era.
Me quedé sorprendida. He aprendido de los humanos que hay cosas que no se preguntan.
Y esta es una de ellas.
Fue raro. Por una parte, quería decírselo, porque estaba casi segura que alguna vez en su vida se lo habrían regalado y si hubiera que devolverlo, no quería que se me pasase la fecha límite. Por otra, me gusta ver como abren mis regalos y ponen cara de que les gusta.
Puedo sonar muy pero lo cierto es que soy buena haciendo regalos.
Total, que se lo dije (me costó bastante) e incluso le mandé una foto. Esta:
Me encanta que gente como ella, estén en mi vida.
¿Nunca has pensado que no perteneces a este planeta? 