Ayer fui al teatro con Ágora y Rous. Me propuse en enero ir a todo lo que hicieran en mi pueblo aprovechando que no somos la big city y los precios son mucho más asequibles, pero por pitos o por flautas, aún no lo había conseguido.
Se supone que, la obra, ESCENAS DE LA VIDA CONTEMPORÁNEA CON SUS BICHITOS Y TODO, era una comedia de situaciones cotidianas. Se supone. A ver, me reí un poco, pero a veces era una risa que significaba “Madre mía, he venido a ver ESTO”.
Puede ser que esta obra de teatro sea para gente más profunda e intelectual porque a los 20 minutos, si hubiera ido sola, me hubiera levantado y me hubiera ido.
Aun así, en los 65 minutos que duró la obra la verdad que tuve la mente muy activa; es lo que tiene no entender la mitad de lo que veía y oía. Así que los 7 euros con 70 céntimos se amortizaron. Además, vi a Rous, que está genial y guapísima y hacía mil años que no la veía.
Mi mente iba a mil:
– Esto era comedia, ¿no? Sí, ¿no? Luego lo compruebo en el folleto.
– ¿Ellas también estarán pensando que podríamos irnos?
– Debe ser una mierda ser actor, que te cojan para hacer esta obra y no puedas sacar lo mejor de ti porque no sabes qué significan la mitad de las frases que pronuncias.
– Mira, la verdad que las coreografías están muy bien ejecutadas.
– Uy, me ha hipnotizado los movimientos corales de cuerpos y brazos y he dejado de escuchar. No pasa nada, no me estaba enterando.
– Rous se me mueve mucho. ¿Lo hará porque se está durmiendo?
– ¿El que escribió la obra iba fumado? ¿Y el resto de la gente que la leyó luego? ¿Y alguien vio los ensayos y no dijo nada?
– ¿A ellas les estará gustando? Y… ¿la estarán entendiendo?
– Llevan la misma ropa durante toda la obra. Cuando la laven, cabe toda en una lavadora, pero se tiene que acordar de poner una toallita atrapa color porque cada prenda es de un color. Un arcoíris en toda regla.
– Admiro al director. Para una obra sin sentido, corporalmente no me ha gustado. Vocalmente no mucho. Aunque los actores masculinos me han sacado algunas risas con su actuación.
– Si se trata de situaciones unas detrás de otras, ¿cómo se sabe cuándo acaba la obra?
Cuando voy al bosque y veo los árboles con las iniciales de parejas grabadas en ellos, pienso: La cantidad de gente va a citas con navaja.