Archivo de la categoría: The Future Home Project (TFHP)

TFHP: Modificaciones sustanciales en el proyecto

En una de las sesiones de la psicóloga, le expliqué, que desde que tengo uso de razón, tengo una estrategia de defensa, made by me. No es efectiva, pero es lo que tiene tener que crearla por necesidad, que te crees que te sirve.

 Mi estrategia trata de esperar lo peor de cualquier cosa/viaje/examen/plan/proyecto desde el principio. Así, cuando sale bien, pues te pones contenta y si no, hace menos daño, porque ya estabas preparada.

 Sí, es absurda, esta estrategia sólo se la creen las personas que tienen un padre como el mío, enfermo y que te decepciona SIEMPRE.

 Y ha vuelto a pasar, pero esta vez, ya voy aprendiendo a reaccionar.

 También es que me estaban pasando demasiadas cosas buenas: adaptarme rápidamente a mi  vuelta a España (con sus inicios dramáticos), encontrar un curro donde estoy genial y con contrato indefinido, ganar la “batalla” con mi ex, saber que quiero hacer y estar contenta conmigo misma a la vez que reconocer que necesitaba ayuda profesional. La buena racha tenía que tener algún bachecillo, jeje.

 Y el bachecillo ha sido que la casa que iba a reformar, herencia compartida de mi abuelo a mi tío y a mi padre no ha funcionado: mi padre no me quiere ceder su parte de la casa, ha dicho que no va a firmar. Su razón es que dice que mi tío me quiere cobrar mucho, pero me jode porque cuando fuimos a pactarlo, él se comportó como siempre, como un niño, y dijo que no iba. Y, ahora, dice que no acepta que le tenga que pagar esa cantidad a mi tío y que no firma.

Siempre pensé que podría tener problemas con mi tío, pero no con mi propio padre. Parece que mi padre lo hace pensando en mi, pero no, ha hecho de las suyas demasiadas veces.

 Mi padre, como habéis podido intuir, no está bien de la cabeza, pero no lo quiere admitir y ahí nos tiene, como esclavos con miedo a como puede reaccionar.

 Así que nada, esta oportunidad de comprar la casa, que me encanta, y su reforma, han volado.

 Lo bueno: que no le voy a seguir el juego, ya no me siento mal por ello (bueno no voy a mentir, claro que afecta, incluso mi madre me ha dado una pastillita de las suyas para que no me entre la ansiedad) y viendo que él no va a firmar he tomado la decisión de irme, temporalmente pero inmediatamente, a la casa de mi abuela, que ahora ella vive en nuestra casa y mientras, buscaré algo que pueda pagar en un plazo de años razonables (he mirado los alquileres y las casas son lo peor).

 Lo malo: no hay Internet y se aparca fatal, todo lleno de cuestas.

 Mi madre, me ha sorprendido porque me ha dicho: Entonces ¿mañana empezamos la mudanza?. Su plan es que mi padre se de cuenta y ceda, me ha dicho, pero yo se lo he dejado muy claro, que aunque ceda (sé que no lo va a hacer, de alguien he heredado la cabezonería), no se lo voy a perdonar NUNCA.

 A partir de ahora, mi padre ha muerto para mí.

 Radical 100% pero ya no aguanto más.

 Con la ilusión que tenía de vivir en esa casa… mañana iba a ir a medirla más en serio y empezar a ver como quería darle forma.

 Pero bueno, no sirve de mucho lamentarse.

 Próximo objetivo: encontrar una casa antes del invierno, en la de mi abuela hace mucho frío. 

Melchor

Querido Melchor;


 Veo que eres un hombre de palabra. Me prometiste que cumplirías mi deseo y lo has hecho.

Y, para mejorarlo, habéis elegido un préstamo de reforma, en vez de una hipoteca. Confío en vosotros, que para eso sois magos.

Yo estoy poniendo de mi parte. Como la casa es herencia compartida de mi tío y mi padre, pues he tenido que negociar el precio con mi tío. He salido un poco perdiendo a mi parecer, pero familia y dinero no son nunca buena combinación. Así que he preferido aceptar la «oferta» y seguir adelante.

Menos mal que ya no tengo esas ganas de viajar como las de antes, porque empieza mi etapa de adulta, esa en la que cada mes la mitad de tu sueldo se la queda el banco.

Y lo bueno también empieza: pensar como distribuyo las habitaciones, la cocina, el baño… es decir, la REFORMA. Una gran inversión inicial, pero necesaria.

Luego, con el tiempo y una caña, a decidir el color de las paredes (mentalmente ya lo he visualizado, a ver si luego queda igual), la decoración, la lámparas y los muebles.

Me pilla todo un poco de sorpresa, nunca pensé que podría pagar una casa.


 ¿Pesimista yo? Que va, imaginaciones vuestras.


 Y lo reconozco, soy una exagerada, tengo 3 habitaciones (a convertir en 2 probablemente y darle espacio al comedor o poner la cocina en una de ellas) y un comedor y ya creo que me falta sitio.

Pero también reconozco que estoy muy emocionada. En nada firmo la escritura, la llevo al Registro y ale, tendré una casa por reformar y postear.

Melchor y compañía, muchas gracias de todo corazón por cumplir mi deseo.


 Saludos de la visitante 4576.


P.D.: Para el año que viene voy a pedir al hombre de mi vida. Os aviso para que vayáis buscándolo ya, que va a ser difícil encontrar uno compatible conmigo. Soy lo mejor que le puede pasar en la vida pero tengo que reconocer que asusto a los hombres.


La alacena

La alacena de mis sueños me esperaba cuando llegué a casa el pasado octubre.

En la tienda de muebles, junto a mi portal, ahí está todos los días.

Me he acordado (difícil tarea) de la página web y he descubierto cuánto vale.

Aún así, sigo enamorada de ella.

Si alguien encuentra a su hermana gemela en versión asequible, soy todo oídos.