La verdad que el que se tuviera que llegar a partir de las 18:00 fue crucial.
Si hubiera tenido que madrugar, no sé si hubiera ido. Y eso que ya había pagado la entrada.
Lo de madrugar cada vez lo llevo peor.
Afortunadamente, había que llegar por la tarde.
Por eso, tuve también ese día para terminar de encontrar las cosas que tenía que llevarme.
Te mandan un email con las instrucciones para poder llegar y todo lo se necesita.
Yo, además, aconsejo llevar:
- Silla de playa o sucedáneo para las ponencias
- Martillo para clavar las piquetas
- Colchón inflable
- Enseres para fregar los cubiertos y platos. Y un trapo para su secado.
Yo no me llevé la gorra porque no encontré ninguna de las dos que tengo entre el Diógenes que aún tengo por ordenar. Pero creo que es necesaria.
Una vez todo listo, comí, me duché y me subí al coche con destino Tarragona. Y el Google Maps me dijo: “llegará a su destino dentro de 3 horas y media”.
Hubiera preferido tener un copiloto, porque después de 2 horas y media empecé a dudar si iba bien. Se supone que el Inspira era en la montaña y yo veía la orilla de la playa desde la carretera durante horas. Cuando pasé el Delta del Ebro, he de reconocer que entré un poquito en pánico (como no me acordaba de la ruta, no sabía que tenía que pasar por él). Y claro, como vas por la autopista, no puedes parar cuando quieres para comprobar.
Menos mal que al rato que el navegador me hizo girar a la izquierda a la altura de Cambrils y se me pasó el susto.
Una vez encaminada hacia el interior, fue fácil llegar con las indicaciones del email que decían “Cuando veas el primer cartel fíjate bien porque pone Pantano de Siurana, y NO ES POR AHÍ” y los carteles que pusieron a la entrada del trozo de varios kilómetros con miles de curvas:
Empieza a subir,
disfruta de las vistas,
y para si te mareas porque las curvas son increíbles.
Y llegué. Y el Festival Inspira 2016 empezó.