La vi ayer. No la conocía pero aún sigo pensando en ella. La tenía delante de mí en la fila de la horchatería. Ahí estaba ella, una persona que no conozco, delante de mí, esperando su turno acompañada de su novio.
Era morena y tenía el pelo corto. Me pareció la tía más atractiva del mundo. Normalmente los tíos las prefieren con el pelo largo. Pero a ésta no le hacía falta. Ese corte, además, se complementaba a la perfección con su cara, y esa nariz suya, increíble.
No me enamoré de ella, pero pagaría por tener ese “molde”. Y por su actitud, no sé explicarlo pero desprendía algo más que el físico.
Lo supe cuando volví a la mesa y Melo me dijo:
Delante de ti, en la fila,
tenías a la mujer de mi vida.
A lo que yo contesté algo parecido a un:
Lo sé, yo también me he enamorado de ella.
Y eso que me gustan los tíos. Mucho.
Cuando volvíamos hacia el coche, tuve la necesidad de buscarla y decirle: “ese corte de pelo te queda increíblemente perfecto, no te lo cambies”. Pero una vez en casa, tuve la certeza de que el pelo no tenía nada que ver, con cualquier corte seguiría siendo una mujer que podría atraer a cualquier persona.
Vamos, ¿el equivalente femenino a un empotrador?
Pues no sé. Es difícil de buscar el equivalente.
Yo la vi y fue como cuando Aragon, en el Señor de los Anillos se encuentra o se acuerda de la tipa esa que no se hace mayor y uqe lleva un collar d ela Barbie de plástico.
Pues eso, yo la vi y fue como ver un espejismo, dulce =)
Que claro, si fuera un tío, a lo mejor la vería más como empotradora =P